domingo, septiembre 24, 2006

Suciedad interna

(Yo podría ser el último paria de mi reino, un leproso abandonado por todos, sin recuerdo y sin esperanza de goce alguno, y aún quisiera vivir.) Jacinto Benavente (1866-1954)

A veces mi cuerpo se siente exiguo ,
y algunos de mis órganos no se sienten cómodos,
es el caso de mis riñones.
No pueden filtrar la suciedad que me trago
y que nunca expulso,
ni siquiera la suelto en forma de prosa.
A veces el dolor es insoportable,
y me debato entre perder la conciencia
o afrontar el terrible daño.
Siempre me decido por lo ultimo,
por que de alguna forma o de otra
me siento culpable,
y veo más que justificado el castigo
al que este órgano me somete en ciertas ocasiones.
Después viene la calma,
valoro de forma verdadera
y positiva mi vida,
más todo lo que tengo a mi alrrededor.

Maik Underground

1 comentario:

Isthar dijo...

Afrontar el daño es sin duda inevitable, pero a veces eso no nos evita ni culpas, ni heridas.

Quizá lo mejor sería conseguir la forma de no infrirgirnos ese daño innecesario, después de todo no conseguimos nada, sólo un pase más en la montaña rusa...


Me alegra mucho verte de regreso :)