
Tomábamos unas cervezas en el bar de la esquina, cuando de repente el televisor interrumpía nuestra charla amigable con una noticia de ultima hora que nos dejaba paralizados a todos los allí presentes.
La presentadora con aires de desquicio alertaba al mundo de que unos invasores cósmicos habían aterrizado en un pueblo cercano a Sevilla, habían dado un comunicado en el que se entreveía sus intenciones de conquistar la tierra.
Poco tardo el redactor del noticiero en pasarle una nota a la presentadora, que ahora con cara de tranquilidad, comunicaba que el hombre lobo de Pino Montano ya se encontraba en la misión de defender la tierra, y que poco a poco se le irían uniendo todos los superhéroes de barrio.
Todos los que nos encontrábamos en el bar, dejamos de mirar el televisor, seguimos bebiendo y comentando los últimos goles del mundial de Alemania.
A Kiko, por su arte.
Miguel A. Hernández
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