viernes, marzo 09, 2007

Piel muerta

Era un joven muchacho. Aquel día estaba solo en su habitación observándose, donde pronto se percató de un antiestético padrastro que le asomaba en el dedo índice de su mano derecha. Trató de arrancarlo para ocultar esa imperfección, que de algún modo, le hacía sentirse incomodo dentro de su propio ser. Aquel desconchón de piel muerta que apareció en su dedo, poco a poco iba agrandándose y extendiéndose por toda su mano. Sentía un fuerte dolor, mientras seguía obsesionado en dejar caer esos restos de piel desquebrajada por el suelo, esos trozos de piel muerta que estaban ensuciando su cuerpo. El, por más ímpetu que le ubicaba, no lograba camuflarlo, nunca terminaba por confundirlo dentro su propia piel.

Dos días después, la policía entró en su casa forzando la cerradura, los vecinos se habían quejado de un terrible olor que provenía del segundo piso. Al entrar, un policía se puso un pañuelo en la boca y vomitó. En la habitación de aquel joven, había un cuerpo completamente despellejado.

En las escaleras de aquel edificio, entre el murmullo de los vecinos se podía escuchar una voz que decía: que el joven muchacho del segundo piso, ese que su novia le dejó por otro chico más guapo que él, se descubrió un padrastro en el dedo índice de su mano derecha….

Piel muerta en mi vida

después de tu ausencia.

Para qué mantenerla,

si ya se murió.

Para qué sentirme así,

si ya no me aguanto.

Elegí morir en un dolor,

y no vivir en él.

Maik Underground

4 comentarios:

Isthar dijo...

Se me acaba de partir el corazón con tan desgarradora historia...

Y aunque uno crea que no, aunque la vida sea más turbia, complicada y gris, hasta el corazón más desolado puede llegar a recomponerse... si se le deja tiempo.

Un abrazo enorme, con todo cariño

TORO SALVAJE dijo...

Hola Maik.

Como dice Isthar la historia es desgarrada, y además degollada diría yo, parece que no tiene solución, pero tú sabes que la hay, en algún lado está, yo soy el hombre de los noconsejos pero también el de las certezas, hazme caso, la hay, busca sin parar.

Abrazo.

Patricia Angulo dijo...

Quéeee dolorrrrr esta historia de piel muerta a mi me dió piel de pollo, te juro que leía este texto y la piel se me iba erizando de la impresión, por ese lado ha sido excelente!

Igual el poema de una gran fuerza, espero que ésto sea sólo sea algo creativo y no lo estés padeciendo, si así fuera, apoyo las palabras de Toro, dejá esa piel muerta ahí tirada y no pares de buscar caricias para tu nueva piel.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Lo leí anoche y no sabía que decir.
Lo leo hoy, y tampoco se lo que decir.
Sólo que te quiero muchísimo.

(calma, acongojada)